Con una nueva victoria se saldó nuestro compromiso liguero de este pasado sábado frente a Talleres Automenar. La verdad que durante bastantes minutos, sobre todo durante la primera parte, el MVK parecía condenado a perdonar una y otra vez, puesto que las llegadas de los de rosa no fructificaban en nada que no fueran una secuencia de uys, no demasiado distinta a la del partido frente a los Yulis lo cual no era ningún buen síntoma, teniendo en cuenta el precedente del que hablamos. Cada equipo mostraba sus cartas claramente: sus bazas eran las paredes en ataque y disparos cercanos, mientras que los nuestros probaban suerte desde los laterales, casi siempre con el resultado antes comentado.Pero cuando todo parecía apuntar a los porteros de los dos conjuntos en la agenda de Vicente del Bosque, llegaron dos goles casi consecutivos de Goro quien con su solvencia habitual nos ponía por delante antes del descanso.
La tónica no vario demasiado tras el descanso, ellos combinando muy habilmente y nosotros jugando de dentro hacia fuera, fruto de lo cual llegarían dos nuevos goles: uno mío con la punterita que entró pegado al palo tras una sensacional asistencia de Miguel y otro de Goro, quien anotaba su tercero particular. Con 4-0 en el marcador llegó algo de relajación a las filas de los nuestros, circunstancia aprovechada por el rival para recortar algo de distancias. Y cuando parecía que el marcador no se movería mas, apareció Goro de nuevo, el que siempre hace algo y sacó de sus botas y de su imaginación el golazo de la tarde, control de espuela hacia delante, regate con el cuerpo y balón que entra suave en la red, ante la mirada de Rubén y de los demás.
Realmente no se si llegó antes este quinto gol, pero casi se merece por sí mismo un post. Realmente también nos fuimos, una semana más, con una sonrisa de oreja a oreja porque la cosa parece que marcha bien, se van confirmando las buenas sensaciones. Y no pienso solo en los resultados, sino en lo que decíamos el otro día: las miradas, los gestos, el sentir que todos construimos algo juntos, que si ganamos lo hacemos todos, y si perdemos, porque algún día pasará, lo haremos de igual forma. Vayamos de corto o no.
La tónica no vario demasiado tras el descanso, ellos combinando muy habilmente y nosotros jugando de dentro hacia fuera, fruto de lo cual llegarían dos nuevos goles: uno mío con la punterita que entró pegado al palo tras una sensacional asistencia de Miguel y otro de Goro, quien anotaba su tercero particular. Con 4-0 en el marcador llegó algo de relajación a las filas de los nuestros, circunstancia aprovechada por el rival para recortar algo de distancias. Y cuando parecía que el marcador no se movería mas, apareció Goro de nuevo, el que siempre hace algo y sacó de sus botas y de su imaginación el golazo de la tarde, control de espuela hacia delante, regate con el cuerpo y balón que entra suave en la red, ante la mirada de Rubén y de los demás.
Realmente no se si llegó antes este quinto gol, pero casi se merece por sí mismo un post. Realmente también nos fuimos, una semana más, con una sonrisa de oreja a oreja porque la cosa parece que marcha bien, se van confirmando las buenas sensaciones. Y no pienso solo en los resultados, sino en lo que decíamos el otro día: las miradas, los gestos, el sentir que todos construimos algo juntos, que si ganamos lo hacemos todos, y si perdemos, porque algún día pasará, lo haremos de igual forma. Vayamos de corto o no.
1 comentario:
Creo que es la mejor cabcera que ha habido que podrá haber jamás
Anónimo
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