Hoy me apetece escribir un post chorra, de esos que no pasarán a la historia (de hecho, ninguno lo hará) pero que sirven para matar el tiempo. Seguro que todos los equipos tienen anécdotas, y aquí van algunas de las nuestras.
1) Equipaciones gratis!
Con el Maita recién creado, nos enteramos que en la web de Gillete regalaban equipaciones gratis solo por hacerse una página desde ahí. Nos lo curramos un poco y al tiempo nos llegó un aviso de correos, con lo que comenzaron las especulaciones, ¿de qué color serán? ¿serán como las del anuncio? ¿traerán pantalón o solo camiseta?
Cuando llegamos a correos a recogerlo, de entrada nos encontramos con un paquete pequeño, muy pequeño. Pero podrían caber unas camisetas, muy dobladas. Y al abrirlo, nos encontramos con once camisetas...de algodón tipo papel de fumar. Eso si, la publicidad de Gillete bien grande.
2) Equipaciones gratis (2) y serigrafía barata:
Una persona cercana al equipo nos comentó que tenía once camisetas de fútbol y que si queremos nos las daba, a lo que obviamente le dijimos que si (un segundo traje!).
Cuando las llevamos a poner los números y nombres, todo parecía ir sobre la seda...incluso bromeando le dijimos al de la tienda (hoy ya cerrada) que no se fuera a equivocar al serigrafiarlas, que no había recambios, a lo que nos contestó que "si hombre, a ver si voy a poner un número al revés!!".
Pues bingo, hoy día existe una camiseta del maita por el mundo que en lugar del tres, tiene una E.
3) El último partido del primer año:
Resulta que nos tocaba jugar a las nueve de la mañana, y aquel partido dio como para escribir un post entero sobre si mismo.
- Nos prometimos a nosotros mismos bajar jugar con pijama y/o albornoz. Y se hizo. De hecho, Juanma (nuestro primer portero y hoy jugador del Mítico) jugó todo el partido con su pijama.
- El árbitro nos obligó a ponernos petos. Decisión curiosa cuando nosotros ibamos de verde pistacho y el rival, de naranja. Pues nada, acabamos jugando nosotros con unos petos rojos y ellos de su color. Fue peor el remedio que la enfermedad.
- Resulta que ellos iban muy justos al partido, tan justos que les faltaba uno para empezar. Para que pudiera jugarse el partido, tuvo que jugar una persona del público, Chema, con ellos los diez primeros minutos haciendo el árbitro la vista gorda. Circunstancia, hoy, casi impensable.
- Aquel día se logró nuestro primer trofeo de la deportividad, y por la manera de celebrarlo, los que jugaban después de nosotros, debieron pensar que qué haríamos en caso de ganar la liga. La verdad es que para nosotros, la mayoria aún estudiantes, fue un subidón al año siguiente poder jugar gratis y solo nos faltó sacar botellas de champán. Que coño, ganar un trofeo en nuestro primer año!
4) Fuentes erróneas.
Tres años después, resulta que teníamos uno de los primeros partidos contra el Comando Búho. A nosotros nos extrañó que no fuera nadie del equipo rival, y nos dieron el partido por ganado. Después nos enteramos de la razón por la que no había ido nadie:
Resulta que servidor tenía la costumbre de poner en la página web la hora y el día del siguiente partido, pero aquel día me equivoqué al ponerlo y en lugar del sábado a las cuatro puse el domingo a las once o asi. Y resulta que, el mismo Chema del que hablábamos antes -miembro del Comando Búho- acudió a nuestra web para informarse de cuando jugábamos.
He de decir que me sentí hasta mal con los chavales.
5) Dime con qué te motivas...
El segundo maratón en el que participamos (2001) fue testigo de la influencia de una buena motivación en el rendimiento deportivo. Antes de jugar el primer partido (el viernes sobre las tres de la mañana) nos concentramos todos los del equipo para cenar y ver una película. La elegida fue "Bar Coyote", con zagalas y bailes curiosos por doquier. Resulta que llegamos al partido y vencimos 2-0 jugando un partido muy serio.
Al día siguiente, decidimos repetir experiencia, pero la cinta elegida fue "Ja me maaten", de los Cruz y Raya. Por aquello de experimentar.
No hace falta decir nada. Perdimos 7-0.
6) Qué nivel de organización!
Maratón de Futbol Sala de hace dos años, justo acabamos de perder 5-4 en los penaltys tras empatar a cinco con lo que entre jodidos por la derrota (otra vez los penaltys, nos decimos una y otra vez) y contentos por el papel hecho frente a un equipazo como el que tenía Dani Valera y compañía en aquella edición, Jaime y yo nos quedamos los últimos al cambiarnos. Y al abandonar la pista del pabellón, vemos que hay una caja de botellas de agua fresquitas en el pasillo, nos miramos sorprendidos de ver a gente coger alguna y decimos "Joder, esto será de la organización, que nivelazo" y no cojemos una cada uno, no, sino dos o tres ("Coje alguna para las chicas, que arriba también hará calor") cuando de repente, un jugador del siguiente partido nos dice "Oye, que son nuestras!". Menuda cara debió quedársenos, la verdad. Pero el chaval no solo lo entendió sino que hicimos un intercambio, les dimos nuestra garrafa de agua con limón y azucar que había llevado Josele, y de buen rollo, nos dio tres o cuatro botellas.
