10.11.08

Resultadismo, reflexiones, demostraciones.‏

Al que no le guste comerse un poco la cabeza, o simplemente no le apetezca en este momento, le diría que el pasado fin de semana empatamos a dos goles frente al Hidrosierra, con un gol de Miguel y el estreno goleador del Chusquito. Que no jugamos ni mal ni bien del todo, que fue un partido gris.

Al que le guste darle cien vueltas al tema del futbol, aficionado o profesional, si le apetece, le diría que comparta unos minutos de reflexion.

Tengo hoy la sensación que estamos ante uno de los momentos importantes de la temporada. Las primeras semanas nos fueron muy bien para lo que estamos acostumbrados en los inicios de campeonato, la cuestión es que a veces parece, o a mi me lo parece, que hemos pasado de jugar con confianza a ser una panda de confiados.

Este fin de semana volvimos a empatar, y ya van tres partidos sobre siete, quedándonos con la sensación de perder dos puntos. De perder dos puntos otra vez. Y no por falta de gol ni por defender mal, quizá sea una amalgama de cosas que nos hacen confiarnos en atacar una y otra vez sin pararnos a pensar que nuestros porteros nos han salvado varias veces, antes, del empate por los pelos. No es que los errores sean importantísimos, pero igual que hay días en que todo suma, en otros todo resta, o al menos eso parece sobre todo cuando lo miras con la retrospectiva del resultado.

Yo no soy ningún estudioso del fútbol, y cualquiera puede rebatirme lo siguiente probablemente con poderosos argumentos: El resultadismo en el futbol está siempre mal visto, pero creo que eso es un error. Tios como Benítez, Capello o Mourinho tienen currículums que asustan, pero se les suele achacar siempre lo mismo un exceso de focalización en el resultado, el futbol siderúrgico, como lo llama Martí Perarnau. Demasiado énfasis en el qué, en lugar del cómo. En cambio, teóricos como Lillo, Cappa o incluso Valdano (este al menos ganó una liga) gozan de una reputación a prueba de bombas, los periódicos se los rifan como columnistas, las televisiones les ponen a ellos y no a los otros como comentaristas, más por su verbo florido que por su conocimiento del tema. Pero nunca han tenido grandes logros, por no decir que nunca han empatado con nadie. Schuster, que llegó al Madrid con la vitola de garante del buen juego, no ha aportado nada a lo que hiciera Capello. Aunque tenga a Pepe en lugar de a un decadente Ivan Helguera y a Sneijder en lugar de a Beckham, al que se acusaba de no participar en el juego colectivo más que en los centros al área. No quiero que nadie me malinterprete pues no estoy argumentando en el sentido de que a la victoria solamente se pueda llegar desde ese precepto defensivo (no hace falta decir ejemplos de lo contrario, pues están en la mente de todos los aficionados al fútbol), sino que existen más maneras. De eso si estoy convencido.

Tengo hoy la sensación que estamos ante uno de los momentos importantes de la temporada, porque tenemos que espabilarnos con los resultados si queremos meternos en la escapada buena, en la de los cuatro, cinco equipos que van a luchar por cosas. Y eso no solo se consigue a base de atacar en manada, creo. Tengo la sensación de que debemos reflexionar un poco, cada uno para sí mismo, y juntos en el campo, acerca de como amarrar esos puntos que se escapan de dos en dos cuando el resultado aunque ventajoso es corto. Ya vendrán los días de palmaditas en la espalda y taconazos. Pero en esta liga, por mucho que solo hayamos perdido un partido, aún no hemos demostrado nada.

1 comentario:

El_8_Maitero dijo...

Creo recordar que puse una encuesta en mi blog con la siguiente pregunta: ¿Qué le hace falta al Maita? y si no recuerdo mal salió la respuesta: "Un mojón con pelo". Entre otras estaba la clave de lo que está pasando, según lo veo yo, que ni soy Valdano ni tampoco Capello, pero a poco de fútbol que sepamos se vé claro que lo que le falta al equipo es: "Un cierre tipo Jaime", pero bueno solo son suposiciones de alguien que ni tiene título de entrenador ni nada por el estilo, un saludo.